Cómo influye el sexo en nuestra salud?
La actividad sexual humana no depende solo de las personas, sino también de nuestra voluntad. Así como una relación sexual satisfactoria desencadena en una serie de beneficios, el hecho de no disfrutarla a plenitud implica irritación, estado anímico negativo y una actitud general disfuncional hacia todos los ámbitos, por tanto, la salud se ve severamente dañada ante la falta de una práctica sexual adecuada.
Es muy común observar jóvenes vivir una sexualidad reprimida al no llevar a cabo el ciclo completo de una relación sexual. Esto sucede, generalmente, por el resultado o consecuencia de los prejuicios, prohibiciones, represiones, mitos y tabúes grabados en la mente colectiva durante siglos, que han ido anulándoles la dimensión real del erotismo humano hasta el extremo de contemplar la sexualidad como algo enfermizo y morboso, y destinándola exclusivamente a la procreación. Pero la realidad es muy diferente: “el sexo es fuente de placer y de salud”.
Numerosos estudios afirman que hacer el amor de forma cotidiana alarga la vida, mejora la actividad cardiaca, refuerza la resistencia frente al dolor, robustece el sistema inmunológico e incluso aleja el fantasma de sufrir ciertos cánceres y tiene un efecto antidepresivo.
El sexo se convierte en fuente de placer y salud porque es el mediador para que nuestro cuerpo genere sustancias como son las endorfinas, serotonina, oxitocina y dopamina.
- Las endorfinas se encargan de actuar inhibiendo la transmisión del dolor.
- La serotonina actúa como un neurotransmisor (sustancia que transmite los impulsos nerviosos), que se distribuye por todo el organismo ejerciendo múltiples funciones sobre el sueño, estados de ánimo y depresivos, emociones, funcionamiento vascular, latidos cardiacos y el crecimiento.
- La oxitocina, se asocia con la afectividad, la ternura y el acto de tocar, ya que influye en funciones básicas como el enamoramiento, el orgasmo, el parto y la lactancia.
- La dopamina, se encarga de promover el incremento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
Cuando generamos estas sustancias nuestra mente y cuerpo están conectados. Nos sentimos saludables; cada vez que tengamos contacto con ciertos estímulos manifestaremos placer y más motivación a vivir sanamente.
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Franco Najar -